Francisco Javier Retamales Muñoz – Especialista consultoresdeportivos
Resumen
En Chile, en las últimas dos décadas hemos visto como el deporte como expresión social y desarrollo se ha visto afectado por muchos cambios (algunos buenos, otros muy malos) que han configurado procesos complicados, pero que a la postre han sido proclives de mejoras.
En el presente artículo se hace una revisión de la orientación actual del deporte chileno en función a las acciones hechas en el pasado y los modelos “correctivos” aplicados para hacer efectivos dichos cambios. Instando al lector a generar un debate interno – externo que incida directamente en su desempeño profesional y aliente a la construcción de nuevos procesos con objetivos concretos, con instancias de desarrollo, con resultados mensurables y con la finalidad de mejorar la calidad deportiva nacional.
ETAPA I: Chile en vías del desarrollo
Cuando hablamos de deporte en Chile, suele ocurrir la evocación de referentes del pasado que tuvieron grandes participaciones, de instituciones centenarias que en momento de su apogeo eran claros referentes de la élite chilena y mundial. No obstante ello, empieza a tener una decadencia notoria al momento de escarbar en la historia actual, ya que viendo el proceso de acercamiento a un desarrollo como país, vemos que hay áreas del mismo que no se acercan a este ideal, principalmente por la necesidad imperante de establecer una economía de mercado que permita entrar a entes globalizados que reconozcan la valía de nuestro país en el mundo.
Con esto podemos ver como sólo las instituciones que logran rentabilizar su capital (humano y de patrimonio) logran entrar a este selecto grupo de élite económica como bien lo ha hecho el fútbol, congeniando las carencias propias de las entidades participantes en un conglomerado que permite establecer un proceso de ganancia económica que sostenga competencias, planteles y una estructura organizacional más o menos respetable. Si a esto le sumamos las iniciativas gubernamentales que involucran solo a este sector (entendiendo que es una necesidad obviamente populista, ya que se potencia al fútbol por sobre otras disciplinas), vemos como existe una clara referencia de otorgar recursos para la mejora del “deporte”.
El resto de las actividades deportivas, bien sabemos las carencias que viven, principalmente a nivel de orgánica, ya que los entes federados han demostrado que están obsoletos, y con un Comité Olímpico Chileno (COCH) cuestionado por sus actos y decisiones. No permiten que el desarrollo deportivo nacional sea acorde a las expectativas que se levantan principalmente en la época de formación de un deportista, en donde “él quiere llegar a ser el mejor del mundo”.
Se confabulan además la carencia de especialistas que sepan (más allá de la pasión que los inunda por su deporte) de procesos serios y científicamente probados, que permitan enfrentar un desarrollo sostenido y progresivo en los deportistas, y que tengan un alcance y trascendencia a nivel nacional. Esto principalmente por la limitación de parte de las casas de formación superior, que no entregan realmente las respuestas a las necesidades deportivas nacionales. Si sumamos a esto, que los niveles federativos y olímpico pese a la generación de capacitaciones y validaciones de conocimientos técnicos, estos no tienen mayor valor ni reconocimiento más que al interior de estas organizaciones, cosa que aborta todo proceso de “carrera deportiva” que influya positivamente en los procesos de formación, perfeccionamiento y rendimiento deportivo.
Económicamente hablando, el deporte a nivel mundial es una gran plaza para desarrollar a un país, ejemplos de ello hay muchos (y que no viene al caso enunciar), pero en nuestro país, al parecer aún no vemos la valía que ello conlleva económicamente. Principalmente podemos aducir que una población sana y activa es más productiva… que las orientaciones propias de cada deporte tienen mucho de lo que se vive actualmente en el ámbito laboral: fortaleza mental para soportar el stress, trabajo colaborativo, autosuperación, venta de imagen, etc. Elementos claves para poder desempeñarse en diversos oficios y profesiones; y que aún no se visualiza como un elemento clave para el éxito de las empresas.
Si bien es cierto se ha visto cambios positivos como el creciente número de individuos que han empezado por su cuenta a buscar opciones deportivas que les entreguen estas carencias, haciendo alusión a lo que indica García Manso, lo que no se aprendió/entrenó en el momento clave, no será factor de logro posterior. Entendiendo con esto que pese a los esfuerzos que se realicen siempre que se inicie tarde, se tendrán escollos que serán insuperables. Además, se han dado diversas iniciativas por parte del Instituto Nacional de Deportes (IND) pero focalizadas nuevamente a una insipiente “activación” de la población, que a la postre, solo ha servido como acciones promocionales de índole masivo pero sin trascendencias ni menos adecuación de hábitos de vida que es lo que pregonan.
Podemos seguir enunciando más aspectos de este apartado pero nos abocaremos a la temática que nos convoca en el día de hoy.
ETAPA II: Estructura deportiva nacional
Como hemos comentado, existen carencias en nuestro país, las que hacen incrementar de forma exponencial las diferencias y carencias de nuestro sistema deportivo nacional. Por lo cual vamos a comenzar indicando que en Chile (y pese a todo lo que se ha redactado, todas las propuestas gubernamentales y no gubernamentales, casa de estudios, etc) NO EXISTE UNA ESTRUCTURA DEPORTIVA NACIONAL.
Principalmente podemos reflejarlo en que existiendo un COCH, este no puede intervenir más allá de lo que permiten las propias federaciones deportivas, estas a su vez regulan el ámbito de su competencia pero no tienen capacidad de gestión suficiente para mantener procesos serios en ciclos olímpicos… siendo prácticamente lo mismo que ocurre con las asociaciones locales y clubes deportivos… viven de proyectos, ¿de quién? de IND. Siendo esto tan evidente podemos argumentar que el principal “benefactor” de esta insipiente estructura, IND no tiene mayor injerencia en los procesos que estas instituciones (ya sea por buena voluntad, espíritu de superación o beneficio particular) realizan con los montos fiscales entregados. Entonces… ¿dónde está la punta de la pirámide?.
Llevémoslo al plano netamente deportivo, hace algunos días el Presidente Sebastián Piñera, indicó que quiere solventar una base de 6000 deportistas de élite con un proyecto cíclico (actualmente se cuenta en los registros de IND 600 deportistas de élite), para lo cual se van a argumentar proyectos regionales mediante los Centros de Entrenamiento Regional (CER) en conjunto con las Federaciones, todo denominado “Plan Olímpico”… pues bien, en el papel es bastante potente y un gran aliciente para hacer un cambio radical en nuestro deporte… pero a su vez presenta carencias de fondo graves, ya que no permite asumir la base de este proceso en la etapa formación (esta no se produce directamente en el colegio ni menos con proyectos de entre 3 y 8 meses de duración), por otra parte no subvenciona preparaciones complejas para mirar a la élite deportiva (esto teniendo en cuenta que al menos en una temporada debe existir una competencia fundamental que sea de relevancia, y al menos 3 o 4 de preparación), que el sistema escolar no tiene al momento intenciones de generar una verdadera red de competencias escaladas desde los niveles sectoriales, comunales, provinciales, regionales y nacionales que sumen a esta causa en al menos dos niveles participativos (enseñanza básica – enseñanza media), que las organizaciones deportivas de base realmente “son de papel”, ya que no son autosustentables y dependen de la entrega de recursos por parte del estado para hacer “algo”. Que los niveles dirigenciales actuales carecen de conceptos y condiciones propicias para desempeñarse debidamente ya que son cargos “AD – HONOREM” y que ello limita cualquier proceso de incursión en la alta competencia a futuro. Que los entes federativos y el Olímpico, se ven envueltos en actos cuestionables y muchas veces de corte “mafioso” o “político”, lo que impide el crecimiento aspiracional para nuevas camadas de dirigentes y entrenadores que realmente quieren generar este cambio.
Como se visualiza, este proyecto si bien puede arrojar algún grado de desarrollo, no se podrá realizar a plenitud gracias a que su articulación aún delimita mucho en el accionar sin regulación de entes particulares que a su visual, esta es una gran oportunidad de retener acciones de dudosa reputación y basada en intereses personales.
ETAPA III: La propuesta
Como todo no puede ser una crítica a lo realizado, se debe indicar que nuestro país por tener una gran diversidad y longitud geográfica se debe estructurar polo de desarrollo mediante procesos de estudio y determinación de capacidades en al menos 3 grandes zonas, las cuales permitan identificar las potencialidades de las actividades deportivas (sin desmedro de que existan excepciones) que sean acordadas y fundamentadas en función a las características particulares de los potenciales deportistas, orientando acciones de masificación, perfeccionamiento y rendimiento reguladas por entidades de la zona, formulando acciones graduadas por las características de la zona en cuestión… involucrando tanto a las reparticiones del estado y los privados.
Para ello se deben conformar estructuras paralelas entre el nivel federado y escolar, que ambas sean interdependientes entre si y que permitan procesos de formación masiva a la población atendida, que generen eventos competitivos que puedan ser reconocidos e incluidos en calendarios escolares y federados (pudiendo inclusive ser parte de la jornada escolar completa); y que promuevan la inclusión del grupo familiar y comunidad escolar en estas actividades.
Las entidades de Educación Superior (IES) en conjunto con el COCH y las federaciones debiesen programar capacitaciones, formación técnica superior y formación profesional ajustada a las necesidades deportivas, incidiendo positivamente en el producto entregado a la sociedad, que sea de calidad y cumpla con los objetivos propuestos (inclusive separando los procesos educativos de los procesos de especialidad), creando nuevas carreras y/o perfeccionando a los existentes.
IND, debe tomar las riendas del asunto, más cuando se está próximo a llegar a una etapa ministerial, en donde tendrá la validación concreta para ser el “gran entre regulador” del deporte nacional, generando políticas y lineamientos que permitan incursionar en procesos de desarrollo deportivo desde la formación hacia la élite.
Incorporar dentro de sus acciones procesos de preparación deportiva continua y mediante metas, generando planes estratégicos deportivos por especialidad, siendo un revisor de las acciones y veedor de los procesos económicos que se incurran en la aplicación del mismo.
ETAPA IV: Final
Como se aprecia, hay muchas cosas que aún no se toman en cuenta y que permite determinar ciertamente el estado del deporte chileno, el cual no tiene mayor trascendencia en el mundo y menos al interior del país mismo. Se cree que esta simple reflexión permita que muchos de los lectores puedan hacer una retrospectiva personal y de su entorno, y a su vez quieran compartir ideas, generar discusión reflexiva y constructiva… y quizás podamos hacer cambios.
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